jueves, 21 de septiembre de 2023

Chile es un país de poetas CF

 

Aquí estamos: Poesía de ciencia ficción

Dentro de los circuitos literarios nacionales, que van desde la academia a los talleres literarios, de los clubes de lectura a las asociaciones de escritores, se suele mencionar la siguiente frase —a esta altura un gran cliché—: «Chile es un país de poetas». En este sentido, fundamentar aquella sentencia no viene mucho al caso, ya que son demasiados los escritores y escritoras con los cuales se puede sustentar este planteamiento. Sin embargo, cuando se menciona que Chile es un país de poetas la mirada está centrada en el ámbito canónico de la lírica y no considera a la poesía con temáticas de ciencia ficción, fantasía o terror.

Entonces existe la disyuntiva por saber cuál es el escenario en donde transita la poesía de ciencia ficción en caso de que exista. La respuesta evidentemente es afirmativa. Sí existe poesía de ciencia ficción nacional. Aun así, está repleta de altibajos, pues tanto los escritores como los poemarios o plaquettes mantienen un perfil invisibilizado dentro de la lírica local al ser considerados, en muchas ocasiones, prejuiciosamente como un arte menor o juvenil. Por su parte, en los círculos de ciencia ficción, fantasía o terror tampoco abundan los textos líricos, ya que la predominancia es la narrativa en todas sus diversidades. Entonces, ¿dónde está la poesía de ciencia ficción? Sin dudas la poesía de ciencia ficción se encuentra ante una doble barrera por vencer, la de los propios poetas canónicos, quienes ven con espanto cómo se utiliza la rima, la métrica, las figuras retóricas o el verso libre en la utilización de hablantes líricos que realizan visionarios sobre mundos ficticios, viajes temporales, Space Operas o ecoespeculaciones, entre otras temáticas afines con el mundo de la ciencia ficción, lo que colisiona con esa necesidad de situar a la poesía dentro de la solemnidad, como lo planteara  Huidobro en su arte poética al mencionar que  el poeta es un pequeño dios.  Por otro lado, dentro de la fantástica, en el terror o la ciencia ficción es el género narrativo el que visibiliza más las diversas expresiones y miradas de los autores, por lo que muchas veces es causa de sorpresa la existencia de poemas con corte fantástico.

Más allá de este diagnóstico nihilista, la realidad muestra que la poesía de ciencia ficción está presente, y no sólo desde ahora en nuestro país, sino que a lo largo de la construcción de la literatura chilena y desde los elementos universales, como se revela al investigar sobre la poesía de ciencia ficción. En este sentido, en la actualidad la poesía de ciencia ficción está poco a poco buscando su lugar dentro del espectro del panorama cienciaficcionario local.

En el caso de la poesía de ciencia ficción a nivel universal son muchos los ejemplos. Desde La epopeya de Gilgamesh, el Popol Vuh —en la etapa preliminar de la ciencia ficción—, hasta la consagración obtenida en el año 1974, cuando se le otorga el Premio Nobel de Literatura al narrador y poeta sueco Harry Martinson, autor, entre otras obras, del libro Aniara (1953-1956), considerado una obra de culto dentro de la poesía de ciencia ficción universal: un poemario épico espacial que, a través de sus cantos, relata la travesía de Aniara, nombre de la nave espacial cuya misión es transportar a Marte a los últimos supervivientes de la Tierra, devastada por una explosión nuclear. Sin embargo, dicho viaje se ve interrumpido después de una colisión con un asteroide; la nave se sale del sistema solar y queda eternamente perdida en el cosmos sin fin. El buque estará destinado a viajar por otros 15.000 años antes de llegar a las proximidades de otra estrella.

Por su parte, en el año 1978 se funda en Estados Unidos la Science Fiction Poetry Association, por la escritora Suzette Haden Elguin y, con ello, la convocatoria de un premio literario anual de lírica especulativa llamado Rhysling Awards. De esta manera, poco a poco a nivel mundial comienza a visibilizarse la poesía de ciencia ficción. Grandes escritores han incursionado en este género, como los poemas inéditos de Julio Verne, los versos de Ray Bradbury, la poética de Ursula K. Le Guin, que en 1982 obtuvo este premio con su poemario El pozo de Baln, o la poeta estadounidense Jorie Graham, que en el año 1996 obtiene el Premio Pulitzer por su poemario Rompiente.

De este modo, los Premios Rhysling son un galardón que se concede cada año al mejor poema de ciencia ficción, fantasía o terror y llevan el nombre de un personaje de una historia de ciencia ficción, el del poeta ciego Rhysling, del relato «Las verdes colinas de la Tierra», de Robert A. Heinlein. En este premio hay dos categorías que se conceden: «Mejor poema largo», para poesías de cincuenta o más versos, y «Mejor poema corto», para obras de cuarenta y nueve o menos versos. Cada año, a su vez, se publica una antología con los nominados, llamada The Rhysling Anthology.

La poesía de ciencia ficción a medida que va acentuándose en el panorama literario ha dado lugar a la construcción de nuevos géneros producto de la hibridez, como es el caso del «SciFaiku», que es una forma de poesía de ciencia ficción anunciada por primera vez por el poeta estadounidense Tom Brinck con su Manifiesto SciFaiku, que viene a ser una fusión entre el tradicional haiku japonés con elementos de la ciencia ficción, centrándose en el futurismo tecnológico.

 En idioma español la poesía de ciencia ficción también es fructífera. Una voz que se destaca es la del poeta español Francisco Jota Pérez con sus poemarios Napalm Satori (2010), que obtuvo el Premio Ignotus de poesía 2010, Máscara: Muerte Rojo (2012), Luz Simiente (2017) o Sólido Celado (2018). Por su parte, los poetas Pedro J. Miguel y Ana Santos Payán redactaron un manifiesto scifi que, en algunos puntos ilustres, menciona lo siguiente:

  • La poesía es el resultado de la suma [ciencia] + [ficción] / La ciencia proporciona el instrumento, la ficción lo prevé / La poesía es un arma láser cargada de presente.
  • No hay verdades eternas ni absolutas / La poesía no ordena, sino que constata la fuerza de la entropía.
  • Acción / Reacción constituyen principios obsoletos, porque la poesía no tiene comienzo ni fin. La SciFi Poesía no se guía por principio alguno, pues el universo es puro cambio que abomina de lo establecido.

En el caso de Latinoamérica son especiales de considerar los casos de Cuba y Argentina. En Cuba cobra relevancia la figura del poeta Óscar Hurtado, considerado el padre de la ciencia ficción cubana, que con su poemario La ciudad muerta de Korad (1964) viene a establecer las bases de la ciencia ficción en la isla a tal punto de que su libro dio paso al histórico ballet cubano de ciencia ficción que se realizara el año 1980 bajo el título de Misión Korad.

Mientras tanto en Argentina se han realizado al menos dos antologías para la divulgación del género. En el año 2015 se realizó la antología de poesía de ciencia ficción llamada Los fuegos de Orc y el año 2021 el poeta platense Julian Axat recopiló diversos poemas de ciencia ficción centrados en la ciencia y el cosmos bajo el nombre de Interestelaria: poesía, cosmos y ciencia ficción. Por su parte, la Editorial Ayarmanot abre el año 2021 su colección de poesía de ciencia ficción con los libros El fin de la era farmacopornográfica, de Paula Irupé Salmoiraghi, y el poemario Siamesas, de María Belén Aguirre, que fue ganadora del Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes 2020.

En nuestro país la tradición lírica es fundamental al hablar de la literatura chilena, con la presencia de poetas consagrados que han utilizado elementos fantásticos en sus poemarios para la exploración de sus poéticas, como en Altazor, de Vicente Huidobro, los ecopoemas de Nicanor Parra, las poéticas de Zurita, Lihn, Teillier, de Rokha, entre otros poetas canónicos.

En la actualidad en Chile hay divulgadores que están explorando la poesía de ciencia ficción, como es el caso de Dana Lima (argentina radicada en nuestro país) que en el año 2020 realizó el «Club de lectura: poesía scifi para el fin del mundo». Hay poemas cósmicos conformando la obra En busca de una pequeña mota blanca perdida en el espacio (2021), de Héctor Alarcón Carrasco, y versos prospectivos en el Innominimatrix (2017), de Pol Vareda; hay miradas fantásticas en el poeta Nicolás Campos Farfán, con su poemario Vocoder (2020), así como en la escritora valdiviana Camila Almendra Flores, con El viaje de la heroína (2016); y cabe destacar la divulgación presente en revistas locales como Imaginistas y Revista Zur, así como en la plataforma latinoamericana Espejo Humeante, las cuales han sido un trampolín en la visibilización de la poesía de ciencia ficción nacional. Mención especial al poemario de los noventa Los sea Harrier (1994), de Diego Maquieira, donde enuncia: «Habíamos dado más de mil órbitas / sobre el mar sin haber jamás arribado / a ningún cabrón puerto».

Hoy en día en nuestra Asociación de Literatura de Ciencia ficción y Fantástica Chilena (ALCIFF) contamos con escritores enfocados en la producción, publicación e incluso divulgación de este género, como son los escritores y escritoras Marisol Utreras y Marcelo Novoa, ambos antologados en COVID-19-CFCh (2020); Armando Rosselot, prolífico autor nacional; David Muñoz, con  Despierta Alan (2022); Alexis Figueroa, con Finis Terrae (2014); J. P. Cifuentes Palma con Sacsayhuamán: El exilio de los Shuk’tars (2019); Romy Riq con Lelikëlen (2020); Alejandro Ruiz Norambuena, con Adolescere (2020); Connie Tapia Monroy, con Viviendo entre sarracenos (2018); Eduardo Cuturrufo y Pablo Espinoza Bardi, con Necrospectiva (2010), entre otros escritores que han incursionado desde las poéticas de la fantástica para la exploración de sus mundos ficticios.

Entonces… ¿Y ahora qué?

Del reciente encuentro realizado por la Asociación, la convención ALCIFFCON 2022, desde el panel dedicado a la poesía de ciencia ficción —el panel de cierre, el número 20— surgió entre los integrantes de la mesa el deseo, la disposición y el ánimo para visibilizar esta modalidad de la ciencia ficción, que en nuestro país se encuentra de manera emergente en cuanto a su difusión y desarrollo bajo esta concepción, lo que dio paso, ya oficialmente, a la creación de la Comisión Poesía de Ciencia Ficción (CF), que entre sus acciones tiene las siguientes: incentivar a otros miembros de ALCIFF a unirse a la comisión, investigar sobre el panorama actual de la poesía de CF nacional, vincularse con poetas de la CF latinoamericana e internacional, entrar en contacto con asociaciones afines (como la Science Fiction & Fantasy Poetry Association), organizar eventos de promoción, desarrollo y divulgación de la poesía de CF, y realizar una antología de poesía de CF al alero de ALCIFF. Las intenciones y motivaciones están presentes; el camino se ve auspicioso. Es tiempo de ir a recorrerlo. Aquí estamos.

Comisión Poesía de Ciencia Ficción

Armando Rosselot, J. P. Cifuentes Palma, Leonardo Espinoza Benavides y Marisol Utreras

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