sábado, 29 de junio de 2019

Un mundo mayoritariamente femenino

El desprecio al fanfic: ¿una forma de misoginia?

¿Cuántas veces hemos leído críticas y desprecios contra los fanfics? ¿A cuántas lectoras les avergüenza reconocer que los leen? ¿Y cuántas escritoras dicen con la boca pequeña que los escribían «pero solo en la adolescencia, cuando eran jóvenes e inocentes»? ¿Os habéis planteado alguna vez el motivo de ese odio desmedido hacia esta práctica? Porque yo sí, y estoy convencida que buena parte de ese desprecio se debe a que se trata de un fenómeno mayoritariamente femenino y, como todo aquello que está ligado a la mujer, genera rechazo y burlas ante una sociedad que sigue desprestigiando todo lo que venga de ella y, en especial, de la mujer joven.

¿Qué es el fanfic?

Para aquellos que no estén familiarizados con él, fanfiction es un término inglés que se refiere a las obras escritas basadas en otra obra previamente existente y de la que no se tienen los derechos. También se conocen como fanfics o, simplemente, fics. Estas creaciones nacen en su gran mayoría dentro del fandom, que es el nombre que reciben el conjunto de aficionados de algún pasatiempo, persona o fenómeno (fans).
Según defiende Constance Grady en su artículo «Why we’re terrified of fanfiction», en el fandom hay dos tipos de aficionados: los curativos, que se centran en recolectar información, y los transformativos, que son los que crean para transformar el canon, produciendo, entre otras obras artísticas o transformativas, los fanfics.
En este punto quizás sería bueno preguntarse qué es realmente un fanfic. Si nos ceñimos a la definición genérica, nos encontrarnos con que hay mucha producción literaria que se podría considerar como tal, como por ejemplo, las revisiones de mitos, las reescrituras de clásicos o las obras relacionadas, como ocurrió con las aventuras de Sherlock Homes. Según la Wikipedia, la diferencia entre estas obras y las que pertenecen al fenómeno fanfic son las pretensiones artísticas o económicas que las motivan. Lo que nos llevaría a preguntarnos: si alguien escribe un fanfic con clara intención artística, ¿deja de ser un fanfic y pasa a ser una obra literaria? ¿Y quién marca esa línea? ¿El mercado editorial? ¿El canon literario? ¿Los críticos? Pero eso daría para otro debate y por ahora lo vamos a dejar ahí.

¿De dónde sale el fanfic?

Si nos centramos en el fanfic como «fenómeno de masas», podemos decir que este nace a finales de los 60 y a lo largo de los 70, gracias a la serie Star Trek.
El capitán Kirk y el señor Spock, en una imagen de la serie original de Star Trek, emitida a finales de los 60.
Como contaba la autora Joanna Russ en el artículo «Pornography by women for women, with love», escrito en 1985 y en el que analizaba el fenómeno fanfic, Star Trek trajo un gran número de mujeres al fandom de la ciencia ficción, que hasta el momento había sido un nicho prácticamente masculino. Esto se tradujo en una gran producción de fanfics, en especial del tiposlash (también conocidos como yaoi, por el término japonés, y que relatan relaciones homoeróticas entre hombres). Una explicación al porqué de esa producción lo encontramos en el artículo «Spock among the women», escrito por la académica y experta en el fandom Camille Bacon-Smith en 1986, en el que también analizaba el papel de la mujer en el fenómeno fanfic deStar Trek y su relación con el fandom.
Bacon-Smith defendía que la incorporación de las mujeres alfandom de la ciencia ficción derivó en la producción de fanfics como una manera de representar sus preferencias estéticas y en la búsqueda de un modo de reflejar sus fantasías sexuales y de poder. Esas mujeres no estaban satisfechas con el modo en que la ficción que consumían las representaba y por eso querían transformarla para incluir sus propias perspectivas. De ese modo, podemos afirmar que el fanfic nace cuando la mujer se incorpora al fandom y siente la necesidad de verse reflejada en las obras de las que es seguidora, y que en la mayoría de casos están creadas por y para hombres, sin dejarle espacio a ella.

¿Cuántas mujeres hay en el fanfic?

Como ya hemos visto, el nacimiento del fanfic es cosa de mujeres. Pero también lo es su evolución y su desarrollo. Así, si analizamos las cifras de uso de tres de los principales portales de lectura y escritura de fanfic(1) en Internet, nos encontramos con lo siguiente:
  • Wattpad: es la red más importante de lectura social y autopublicación entre jóvenes escritores.
    • 65 millones de usuarios (2018)
    • El 70% de sus usuarios son mujeres (2018)
  • Archive Of Our Own (AO3): es un software de código abierto y sin ánimo de lucro para el almacenaje de fanfics.
    • Un millón de usuarios (2016)
    • El 80% de sus usuarios son mujeres (2013)
  • Fanfiction.net: es el mayor archivo de fanfic de Internet.
    • Más de 10 millones de cuentas registradas (2017)
    • No he encontrado datos más actualizados, pero en 2002 el 80% de sus usuarios eran mujeres
Viendo todos estos datos podemos afirmar que, a día de hoy, el fanfic sigue siendo un mundo mayoritariamente producido y consumido por mujeres.

¿Qué buscan las mujeres al escribir fanfic?

Todo esto nos lleva a plantearnos la pregunta del millón: ¿por qué escriben fanfic las mujeres?
A grandes rasgos, podríamos agrupar los motivos principales en los siguientes grupos:
  • Les permite explorar la historia en sí, desarrollar el subtexto, completar aquellas partes que no están definidas en el canon o incluso darle una continuación. Escribir fanfics para desarrollar las tramas incompletas o aquello que la obra no muestra de forma específica es una manera para las autoras de demostrar su pasión por las obras originales y de intentar comprenderlas mejor.
  • Les permite el acceso a temáticas que han estado vedadas a las mujeres durante mucho tiempo, como la ciencia ficción o la fantasía, y aportar su propia visión sobre las mismas. Como ya hemos visto, el propio origen del fanfic tiene que ver con el hecho de que la mujer se introdujera en el mundo de la ciencia ficción y empezara a escribir historias en busca de la propia representación y también de la manera en que esas historias reflejaban su concepción de ese género literario. En ese aspecto, creo que es importante destacar el artículo «Does fanfiction promote pacifism?» en el que su autora, Lady Geek Girl, reflexiona sobre el modo en que muchos fanfics exploraran diferentes formas de resolver los conflictos héroe/villano de la ciencia ficción y las fantasía más clásicas, y que se alejan de las batallas entre el bien y el mal en las que el malo muere y el bueno se lleva la gloria. Como apunta Lady Geek Girl, muchas de esas escritoras no quieren que los personajes arreglen sus diferencias de forma violenta, sino que prefieren soluciones adultas y dialogadas, creando así narrativas que plantean un entendimiento, incluso en aquellos casos en los que reflejan la propia violencia y la muestran como algo no deseable.
  • Las ayuda a crear comunidad. Muchas de las escritoras de fanfic resaltan que uno de los motivos que las ha llevado a este mundo es la idea de sentirse parte de una comunidad. En muchos casos, leer fanfics o escribirlos es la manera más sencilla que tienen de acceder al fandom, donde no siempre son bienvenidas por sus ideas o teorías, pues en muchas ocasiones las mujeres fans son menospreciadas por sus compañeros varones. Asimismo, ofrece a las mujeres más jóvenes un espacio seguro donde explorar identidades, algo muy importante dentro de una sociedad que ridiculiza todo aquello que tenga que ver con la mujer y, en especial, con las adolescentes.
«DIOS MÍO ME ENCANTA STAR WARS. Solo ha visto El despertar de la fuerza.» Estos son el tipo de comentarios que muchas fans tienen que aguantar dentro del fandom.
  • Les da libertad para buscar lo que ellas quieren ver reflejado en una historia, porque no hay restricción por parte de la moral, la crítica, ni los editores. El hecho de que el mundo del fanfic se mueva al margen del mercado editorial les da una gran libertad a las escritoras para abordar todos aquellos temas que realmente les interesan y los enfoques que ellas prefieren. Les permite cuestionarse lo que está mal en las narrativas ya existentes y crear historias alternativas para subsanar esos desajustes. Por otro lado, muchas de las autoras de fanfics no quieren sacar beneficio económico de sus obras y las producen solo por el disfrute de pertenecer alfandom. También hay algunas autoras que tienen una concepción anticapitalista del arte, basada en la colaboración y el intercambio, que se aleja de la concepción mercantilista que rodea al mercado editorial convencional.
  • Las ayuda a explorar la propia sexualidad y la igualdad de género. Muchas escritoras discuten a menudo sobre lo queer, el constructo social del género y las políticas alrededor de la sexualidad, la igualdad y el hecho de ser mujer en la sociedad actual. Por eso es normal que si se dedican al fanfic exporten allí esos temas.

El fanfic y el sexo

Pienso que el último punto es lo suficientemente importante como para dedicarle un apartado propio y desarrollarlo con más detalle.
Despectivamente, al mundo del fanfic se lo conoce también como «porno para mujeres». No es algo que se aleje mucho de la realidad, pues es cierto que existen muchísimas obras de este tipo (que no todas, tengamos eso claro). Como explica Libertad Borda en su artículo «Fanfiction: entre el desvío y el límite», el fanfic suele ser, en muchos casos, unareescritura en clave romántica de géneros tradicionalmente ligados a lo masculino (aventuras, ciencia ficción y fantasía), de manera que tienden a ensalzar puntos que en estos géneros están descuidados o se convierten en aspectos marginales, como son las relaciones afectivas entre los personajes.
Sin embargo, lejos de tratarse de algo negativo, conviene analizar el porqué de este fenómeno.
Jess Joho apunta en su artículo «Why erotic fanfiction is a bastion for women’s sexual exploration» que los fanfics son un vehículo para poner un trasfondo de sentimientos y relación al porno, puesto que para las mujeres esos elementos son importantes sexualmente hablando. Se trata de subjetivar a los personajes, en vez de objetivarlos, pues conocer su historia y su evolución hace que el posterior desarrollo sexual excite aún más a las lectoras. Es una manera de crear porno que les guste consumir, ya que el habitual no las satisface.
A pesar de las muchas excepciones a esto, el fanfic es uno de los grandes cultivos de desarrollo de la representación del consentimiento en ficción como parte de un proceso erótico. Y aunque son muchas las que denuncian que todavía hay demasiados fanfics que reproducen comportamientos patriarcales y de sumisión de la mujer y lo femenino, también debemos destacar que muchos otros se decantan por explorar los límites sexuales, el consentimiento y el respeto por la pareja. Así, muchas mujeres jóvenes que participan en los fandoms aprenden sobre sexualidad, consentimiento y kink a través de los fanfics.
Imagen de Pictoline sobre los ships más populares de 2018.
En cuanto a la gran cantidad de slash, como ya defendía Russ en los 80, en realidad este no trata sobre hombres gais en la mayoría de casos, sino sobre fantasías socio-sexuales de las mujeres, que valiéndose de personajes masculinos reflejan las relaciones hombre-mujer que querrían tener. En muchas de estas obras se suelen encontrar personajes con igual poder dentro de la pareja y con narrativas fluidas entre los dos géneros, lo que puede tomarse como una forma que tienen las autoras de escribir sobre ellas mismas, sobre sus deseos y sus aspiraciones, buscando a través del rol del hombre un papel que ellas mismas querrían poseer. Y aunque el slash tiene una presencia mayor dentro del mundo del fanfic, también existe el femslash (fanfics con temática homoerótica entre mujeres) y bastantes autoras escriben historias de lesbianas con final feliz con el objetivo de desmitificar el bollodrama. De hecho, hay indicios que apuntan a que el femslash, y en especial los fanfics de Xena, la princesa guerrera, son el origen del lesfic, la industria editorial de literatura lésbica(2).

¿Qué opinan las autoras sobre el fanfic?

La posición de las autoras frente a este fenómeno comprende gran variedad de posturas, aunque, en general, se suelen dividir entre partidarias y detractoras.
De entre las autoras que no permiten que se escriban fanfics de sus historias encontramos a Anne Rice, tal como mencionó en su web, o Robin Hobb, como mencionó en un artículo titulado «The Fan Fiction Rant». Ambas defienden que los personajes son suyos y que les molesta que otras personas los usen en sus historias y les den una visión que ellas no comparten.
Otra postura sería la de autoras como J. K. Rowling, que, aunque permiten la escritura de fanfics de sus obras, no aprueban que estos sean de contenido sexual, llegando incluso a los tribunales. En una posición parecida tenemos el caso de Anne McCaffrey, que pasó de no permitir la publicación de arte basado en sus historias a hacerlo bajo unasnormas concretas. Por otro lado, también tenemos a aquellas autoras que, de algún modo u otro, están relacionas con creación de fanfics. Algunos ejemplos son:
    • Cassandra Clare: ella misma fue una escritora de fanfics, antes de empezar a publicar Cazadores de Sombras. De hecho, se rumorea que esta saga parte de uno de sus fics basados en el mundo de Harry Potter, The Draco Trilogy.
    • Rainbow Rowell: escribió una novela dedicada al mundo del fanfic, Fangirl, y después una novela protagonizada por los personajes del fanfic que aparecían en dicha novela, Simon y Baz, que a su vez estaban basados en la saga Harry Potter.
Portadas en inglés de los libros Fangirl y Carry On, de Rainbow Rowell
En general, la posición más habitual frente a este tema es que a la mayoría de autoras no les molesta (o al menos lo toleran como algo que va con el oficio), siempre y cuando se haga con fines no lucrativos.

Entonces, ¿por qué ese odio hacia el fanfic?

Del fanfic se suele decir que indica la falta de originalidad, que es solo porno para mujeres, que promueve comportamientos tóxicos o que está mal escrito. Y esto ocurre porque el fanfic es un mundo mayoritariamente femenino y, como tal, está desvalorado porque contiene puntos de vista ligados a la mujer, donde los sentimientos y las relaciones suelen tener un peso importante y porque, además, representa una forma de hacer alejada de la producción mercantilista.
A pesar de todo, las autoras de fanfics siguen escribiendo, y portales como Fanfiction.net, Wattpad o AO3 no dejan de ganar usuarias y de recibir nuevas producciones. ¿Por qué? Porque las mujeres del fandom necesitan un espacio seguro donde contarse. Que las mujeres (y en general la gente queer) sean mayoritariamente fans del tipo transformativo no es casualidad. Puesto que la ficción en general suele representar al hombre blanco, heterosexual y cisgénero, este no necesita cambiar lo que consume para sentirse reflejado en ello. En cambio, las mujeres y las minorías sí que necesitan transformarlo porque, aunque puedan disfrutarlo, en el fondo estas historias no hablan de muchas de sus experiencias vitales.
Que se menosprecie el fanfic sin analizar su procedencia y el motivo de su producción demuestra, como siempre, eldesprecio generalizado y sistemático hacia todo aquello que es o está relacionado con lo femenino y con su voz.
Es cierto que, de algún modo, el mundo del fanfic empobrece a las mujeres y las aísla, porque se trata de producciones a las que dedican mucho tiempo y esfuerzo y por las que no ven una compensación económica ni social. Pero no es culpa de las mujeres, sino de la cultura en la que vivimos que, en vez de intentar entenderlas, las aparta y las tacha de excéntricas o, directamente, de enfermas; se burla de las cosas que les interesan y las hace sentir culpables por tener ciertas preferencias y aspiraciones relacionadas con la ficción que consumen. Por no hablar de que desvaloriza ese trabajo y le quita el mérito que tiene.
Cómo el mundo nos ve a nosotras las fangirlsFuente.
En general, se tiende a echar toda la producción de fanfic en el mismo saco para desprestigiarlo. Pero, como también ocurre con la producción literaria y artística en general, el mundo del fanfic comprende de todo. Es un nicho muy grande y carece de control (que es precisamente uno de sus puntos a favor). Por eso es normal que haya obras malas y obras machistas, porque hay mujeres de todo tipo y sus creaciones reflejan sus formas de entender la realidad que las rodea. Sin embargo, existen también muchas obras que no lo son y que buscan precisamente alejarse de ello o de denunciarlo.
El fandom en sí ya es extraño para buena parte de la sociedad, que ve a los aficionados como a unos frikis inmaduros y asociales. Ahora imaginemos a las mujeres que pertenecen a ese fandom, doblemente apartadas, primero por la sociedad, y después por la parte masculina del fandom, que en muchos casos las acusa de tener una visión errónea del mismo y de querer destruirlo con esa forma de ver.
¿Mujeres creando al margen de las producciones comerciales? ¿Del canon? ¿Por qué? ¿Para qué? Seguro que está mal, da igual el motivo que las lleve a hacerlo. Que se emocionen escribiendo historias románticas gais entre personajes ficticios no puede ser bueno de ninguna de las maneras, no como los hombres que gritan en los partidos de futbol o los que coleccionan cartas de forma compulsiva, que es una cosa completamente normal y comprensible.
Construir este espacio seguro alrededor del fanfic (que además las ayuda a señalar qué es lo que no les gusta de sus obras favoritas o cómo les gustaría que estas se desarrollaran) es la única manera que estas mujeres tienen de liberar su voz crítica y artística, de luchar contra lo masculino como genérico y de sentirse representadas. Y eso asusta. Y asusta porque todo aquello que es mayoritariamente femenino produce ese rechazo. Y asusta también porque señala comportamientos y tics indeseables, agujeros en las tramas y la poca inclusión que tienen la mayoría de obras de ficción mainstream. Y si es una mujer la que señala todo eso, todavía asusta más.

Bibliografía complementaria

Ally Boguhn, «4 Reasons fan fiction is a feminist pursuit», en Everyday Feminism.
Tabitha Carvan, «Fanfiction is women’s work», en Overland.
Jessica Conditt, «Nerdy, written erotica doesn’t need Tumblr to survive», en Endgadget.
Cupidsbow, «How Fanfiction makes us poor», en Cupidsbow Lifejournal.
Elena Crimental, «La revolución feminista geek y el panorama de la mujer friki actual», en Canino.
Anna Cruz Martín, El fenómeno de la fanfiction, Girona: Universitat de Girona (2016).
Helena Curulla, «Fanfic y literatura erótica», en Wall Street International Magazine.
Alesya Mo, «Mi vida como creador de Fanfics», en WATmag.
Morgan, «The erotic versus the realistic: sex in slash fanfiction», en The Fanfic Symposium.
Jordan West, «How to offend everyone and make yourself cry: writing diversity in fanfiction», en The Mary Sue.
«Fanfiction and utopic Sexuality», en The Learned Fangirl.
«Most fanfic witters are girls», en TV Tropes.
Notas al pie:
  1. Estos datos están extraídos de los artículos: “WattPad revela las tendencias más populares de FanFiction en 2017”“Why is there so much slash fic?: some analysis of the AO3 Census” y “FanFiction.Net”.
  2. Women and Words
Anna Roldós
Anna Roldós (Reseñas/Novedades/RRSS): Irilaya. Química de formación, librera de vocación; me leo hasta los prospectos de los medicamentos. Enamorada de Japón, del manganime, de los videojuegos, de la animación y de la ilustración. Me encanta la ci-fi. También escribo.

Autoras de La nave invisible

Nuestras escritoras #29

Jóvenes, reconocidas, con una larga bibliografía a sus espaldas o una carrera incipiente. Tan variadas como sus obras, así son las autoras de las que hemos hablado estos últimos meses en La Nave Invisible.

Laura Tejada

Laura Tejada es una escritora que siempre logra sorprender y que prueba diferentes géneros en sus historias. Conocida por Los mundos de Täryenn, ha ido abriéndose paso en la literatura de género y recientemente ha publicado una novela que os queremos recomendar desde aquí. Bestias durmientes es una novela de terror psicológico que te atrapa y está llena de abejas. ¿Te atreves a leerla?
Cuando Lisa despierta en mitad del bosque, no recuerda cómo ha acabado allí ni por qué estaba enterrada bajo tierra. Alguien irrumpió en su casa la noche anterior, la que lo cambió todo y de la que Lisa no consigue acordarse. Las alucinaciones y los vacíos de memoria se hacen cada vez más frecuentes, más terribles. Algo está cambiando dentro de ella y el único que parece saber qué sucede es Stanley Robbs, el extraño vecino que vive al otro lado de la calle. Mientras Lisa lucha por descubrir la verdad, los días pasan cada vez más extraños y más deprisa.

Virginia Buedo

Los relatos de Virginia Buedo, centrados en la ciencia ficción, pueden encontrarse en el Patreon de Sinecdoque, proyecto formado por siete escritores que autopublican sus historias a cambio de un pequeño mecenazgo, así como en dos antologías de Editorial Cerbero: No son molinos. Una antología de cachava y boina (2017) y Actos de F.E. (2019). Próximamente también estará en la antología del III Premio Ripley. Además, Virginia organizó, junto con Alister Mairon, la antología Empotradoras, compuesta por relatos eróticos enmarcados en la ciencia ficción, la fantasía y el terror.
Su último relato publicado es “Quién mató a Sterling Red”, el cual aparece en Actos de F.E. (Editorial Cerbero, 2019), antología de ficción especulativa en la que los diversos autores buscan la solución al hambre mundial y a la escasez de recursos.
A lo largo de los años, la ciencia ficción, o la ficción especulativa, se ha encargado de soñar nuestro futuro. De manera más o menos acertada, la cualidad imaginativa de este género nos ha hecho plantearnos muchas veces si será el escritor o escritora la que se adelantaba a su tiempo o si, por el contrario, eran sus futuros lectores y lectoras quienes, inspirados por aquellos estímulos, llevaban a la realidad la maravilla soñada cuando se volvía plausible. En esta antología hemos querido provocar justo esto último, ser los agentes del cambio, de manera intencional. Le hemos pedido a veinte personas que encuentren, mediante relatos de ficción especulativa, una solución efectiva a un problema real que nos afecta como seres humanos: el hambre y la escasez de recursos. Esto que tienes en tus manos es el resultado. Estos son sus Actos de F.E.

Laura Tárraga

Laura Tárraga se inició en la autopublicación en el año 2016 con la bilogía Infortunium. En este año 2019, tras la publicación con Nocturna Ediciones de El Imperio del Sueño (2018), vuelve de nuevo a autopublicar una novela de realismo mágico: Entre vidas.
La Ecuménica y el Hotel Vista Roja unen a Manuela y Ela sin saberlo. La guerra que cambió el mundo entra en sus vidas a pesar de los años que las separan.
Manuela ha decidido que el pueblo se le queda pequeño. En el año 40 tiene que enfrentarse a sus miedos y dejar atrás a su familia.
Ela está obsesionada con la Guerra a pesar de que en el año 80 nadie quiere hablar de ella. El Memorial se acerca y una excursión con su colegio hará que su vida dé un vuelco.
Dos chicas de diecisiete años y un hecho que cambiará sus vidas para siempre.

Minerva Gallofré

Minerva Gallofré es editora y escritora en Tres Inviernos, proyecto literario en el que se embarcó en 2016. Desde entonces, la autora ha publicado numerosas novelas de corte fantástico bajo este sello, entre las que destaca la sagaLeyendas de Onhyria y la saga Dragones de Inguz, conjunto de cinco librojuegos en los que los lectores deberán decidir el camino a seguir.
La última novedad de la autora es la colección El Café de Canterville, formada por cuatro bolsilibros: BurlamuertesEl Lutier de las hadasClave de réquiem y El Camino del pozo.
¿Sabes qué se siente cuando te abraza alguien que ya no pertenece a este mundo?”. No todos los días uno burla a la muerte. Pero en el caso de Gabriel, un joven licenciado que acaba de llegar al pueblo, ese no será el peor de sus problemas. Muchos en su situación, casi habrían preferido morir.

Isabel Pedrero

Isabel Pedrero ha publicado numerosos relatos en distintas revistas y antologías. Su escritura está influenciada por el formato Pulp, relatos publicados en revistas impresas en papel barato con encuadernación rústica; y sus géneros predilectos son la fantasía y la ciencia ficción.
Entre sus publicaciones, destacan “Del color de la sangre seca” en la Antología de colores, editada por Celia Añó, “Bosque y vida” en Una última luna (Hela Ediciones, 2019), y “La Casa de la tormenta de arena” en A la caza de lo invisible (Insomnia Ediciones, 2019). Su relato “Bosque y vida”, recogido en la antología mitológica Una última luna, está basado en la mitología eslava y en el mito de la Baba Yagá.
La niña escuchó el ruido a su espalda y echó a correr. No llevaba ningún rumbo; de hecho, hacía horas que estaba perdida. Lo único que quería era escapar.
Esa tarde, como tantas otras, se había adentrado en el bosque en busca de algo que hacer. Esos largos días de verano le dejaban demasiadas horas perdidas entre que terminaba sus quehaceres y llegaba la hora de dormir. Solía entrar al bosque sin miedo. Estaba acostumbra a él y conocía los caminos. O eso creía.

Mercè Homar Mas

Mercè Homar Mas, además de escritora, es fotógrafa, dibujante y administrativa. Ha participado en numerosas antologías entre las que destaca Alucinadas V, antología de relatos de ciencia ficción escritos por mujeres, y además publicó a principios de 2019 su primera novela, Botanic Time, con Insomnia Ediciones. Botanic Time es una novela de fantasía protagonizada por August Meriwether, un botánico que deberá encontrar una mandrágora legendaria.
Tras su última expedición, el famoso botánico August Meriwether confía en vivir una temporada tranquila en su residencia de Londres junto a sus amigos Lucy y Andrew y su hermano mellizo, Angus. Sin embargo, la aparición de un extraño visitante les obligará a cambiar sus planes, unos planes que les llevarán a las profundidades de la selva de Vietnam en busca de algo que sólo existe en la imaginación y en los mitos.
Acompaña a los mellizos Meriwether, Lucy y Andrew en una aventura en la que la realidad y la magia se difuminan en un único mundo. ¿Serán capaces de encontrar una mandrágora legendaria?

Maite Mosconi

Maite Mosconi es una pedagoga y escritora gallega que publicó en 2018 su primera novela inspirada en la cultura celta. En Gaedheal (Libro I de las Invasiones) encontraremos una mezcla de mitología, fantasía oscura y erotismo mientras la oscuridad y la muerte caen sobre el pueblo Gaedhil. Pronto llegarán tiempos de tristeza y dolor. ¿Tendréis valor para seguir esta historia?
Breogán, Rí de la Gaedheal por orden de los dioses, busca unir a todos los clanes celtas bajo un mismo reino. Pero entre las distintas túath hay disputas, antiguas peleas irreconciliables, y consideran que el líder no es digno dirigente de esta tierra.
Además, la aparición de unas sombras fantasmagóricas y misteriosas llamadas estadec, van a complicarlo todo.
Bienvenidos al origen de los pueblos celtas. Bienvenidos al origen de la Gaedheal.

Libba Bray

Libba Bray saltó a la fama con la trilogía de Gema Doyle, una trilogía sobre un grupo de amigas que se ven envueltas en un misterio que incluye sectas, magia y un mundo fantástico. Pero no vamos a recomendaros esa, aunque os animamos a leerla, si no que desde aquí queremos recomendaros su saga Los adivinos.
Evie O’Neill ha dejado su aburrido pueblo natal para vivir en la fascinante Nueva York, repleta de música, bares clandestinos, coristas y carteristas libertinos. El único inconveniente es que tiene que vivir con su tío Will, un hombre obsesionado con las fuerzas ocultas. La mayor preocupación de Evie es que alguien descubra su secreto: un extraño don que no le ha traído más que problemas. Sin embargo, cuando la policía encuentra a una chica asesinada marcada con un símbolo críptico y llaman a Will para ayudar, Evie se da cuenta de que su habilidad podría atrapar a un asesino. La ciudad que nunca duerme rodea el baile de Evie alrededor del asesino, aunque, de espaldas a todos ellos, algo oscuro y diabólico ha despertado.

Frances Hardinge

De Frances Hardinge, autora invitada al festival Celsius este año, se ha publicado muy poco en español; ha publicado una numerosa cantidad de novelas y ha participado en abundantes revistas y antologías. Aunque destacó con El árbol de las mentiras, publicado en 2015 y premio Kelvin 2018, os recomendamos La canción del cuco, quizás no tan reconocida como la primera, pero con un punto de terror perfecto para una buena noche de miedo.
Cuando Triss despierta después de un accidente, sabe que le ha pasado algo extraño y terrible. Tiene un apetito voraz e insaciable, se despierta a menudo con el pelo lleno de hojas y su hermana le tiene miedo. Y cuando ya no puede más y se echa a llorar, las lágrimas son como telarañas… Intenta recordar qué le pasó, pero alguien parece haber arrancado sus recuerdos. Lo que le sucede es más terrible de lo que imagina y le llevará a embarcarse en un viaje en el que conocerá a un enigmático arquitecto con oscuros designios para su familia.

Y además…

Si hay una novela que esté dando que hablar este año, esa es Circe, de Madeline Miller, y no podíamos evitar contaros por qué. Como siempre, también nos gusta revolver el pasado y redescubrir autoras junto a la Biblioteca de Carfax es un acierto seguro. Por eso os invitamos a pasar por nuestra reseña de La máscara de la muerte y otras historias, de H. D. Everett. Y, como nos gusta la variedad, qué mejor que adentrarnos en una antología de autoras como Siete Máscaras para conocer a Proyecto Artemisa y sus siete autoras.
Dedicamos marzo a leer Consecuencias naturales, de Elia Barceló, y por fin hemos podido publicar, además de una extensa reseña, una entrevista a la autora con las preguntas de las lectoras. Pero no es la única visita que hemos tenido. Martha Wells también contestó a nuestras preguntas, no solo sobre la reciente saga Los diarios de Matabotsino sobre toda su obra. Aunque para visita, la de Minerva Gallofré, que nos ha dejado su experiencia como autora y editora en “El día que cogí mi tren”.
Ya que hemos mencionado a Wells quizá os apetezca conocer a las autoras nominadas a los Hugo este año. Quién sabe, a lo mejor tenéis la oportunidad de conocerlas si vais a la Worldcon, ya que este año se celebra en Dublín.
Series y cómics han protagonizado nuestra sección de Otras narrativas. En primer lugar, gracias a Mi-Kyeong Baek y su Strong girl Bong-Soon, una serie coreana que no podéis perderos en Netflix. Claro, que si lo vuestro son otro tipo de superheroínas, podéis descubrir el universo de Catalyst Prime con Gail Simone, mucho más sencillo que entrar con Marvel o DC.
Finalmente, hemos contado con un par de artículos que os resultarán de gran interés. Si aún no habéis descubierto la ficción corta de Ursula K. Le Guin os recomendamos cinco relatos imprescindibles. Y, por último, tanto si os gusta el mundo del fanfic como si no, os aseguramos que “El desprecio al fanfic: ¿una forma de misoginia?” no tiene desperdicio.
Como siempre, os agradecemos que sigáis con nosotras dos meses más. ¡Ya hace tres años que comenzamos a dar forma a este proyecto! Ahora, además, puedes llevarnos a cualquier parte con nuestro podcast, cuyo último episodio dedicamos a la simpar Lola Robles. Esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotras.
¡Feliz verano!
La Nave Invisible
Equipo La Nave Invisible: Artículo redactado por varios miembros del equipo de La Nave Invisible.Conócenos aquí.